Ni se te ocurra hacer esto con tu perro: es mala idea y no va a estar más fresquito

En plena ola de calor, tratamos de hacer todo lo posible para combatir las altas temperaturas. Y no podemos olvidarnos de nuestra mascota, ya que ella también pasa calor. En el caso de los perros, son más sensibles al calor que las personas porque su cuerpo no transpira de la misma manera que el nuestro, así que la exposición a altas temperaturas puede ser muy perjudicial, sobre todo si son cachorros o ancianos.

Teniendo esto en cuenta, hay quienes creen que es una buena idea rapar al perro, pensando en que puede hacerle sentir más fresco al aligerar su capa de pelo. Pero nada más lejos de la realidad. Los expertos alertan de lo peligros que es esta práctica, la cual causa más daño que beneficio.

¿Por qué no hay que rapar al perro en verano?

Lo primero a tener en cuenta es que el pelaje de los perros no cumple solo una función estética. Forma parte de su anatomía y, como tal, cumple funciones clave para su bienestar durante todo el año, también en verano.

Una de las más relevantes es que sirve a modo de barrera protectora contra los rayos UV. Por este motivo, rapar al perro en verano hace que su piel quede expuesta a las quemaduras solares y otros problemas dermatológicos a corto plazo. A largo plazo, el riesgo de sufrir cáncer de piel se dispara.

A esto hay que sumar que rasurar el pelaje puede alterar el patrón de crecimiento del pelo del animal y, en muchos casos, este puede que no vuelva a crecer de la misma forma.

Y no podemos olvidar que el pelo del perro le ayuda a regular su temperatura corporal, manteniéndolo fresco en verano y abrigado en verano. Este es el motivo por el que raparlo durante la época estival le hace más propenso a sufrir un golpe de calor.

Consejos prácticos

Por lo tanto, queda claro que rapar al perro no es la mejor de las ideas para mantenerlo fresco en verano. Los expertos recomiendan cepillar su pelaje de manera habitual para eliminar el pelo muerto y facilitar la circulación del aire.

Además, hay que asegurarse en todo momento de que el animal bebe el suficiente agua para estar bien hidratado. También debe tener sombra disponible para descansar en los días de calor.

Y, por último, en lo que respecta a los paseos, hay que procurar que estos o sean en las horas centrales del día porque, además de sufrir un golpe de calor, es posible que al perro se le quemen las almohadillas al contacto con el asfalto.